La Comisión Europea define la Inteligencia Artificial (IA) como un sistema que tiene "un comportamiento inteligente que analiza su entorno y emprende acciones -con cierto grado de autonomía- para cumplir objetivos específicos". En un sentido similar, la automatización ha sido definido por la Academia Nacional de Ciencias como "la técnica, el método o el sistema de funcionamiento o control de un proceso por medios altamente automáticos, como los dispositivos electrónicos, que reducen la intervención humana al mínimo".
El poder de transformación de la IA se extiende a todas las esferas económicas y sociales, incluida la educación. Tiene un impacto especial en la educación y la formación profesional y en los cambios en los puestos de trabajo que requieren cambios en la educación y la formación, tanto para los trabajadores como para los solicitantes de empleo.
Según la UNESCO, la educación se verá profundamente transformada por la IA. Dicen que tiene el potencial de acelerar el proceso de realización de los objetivos mundiales de educación mediante la reducción de las barreras al aprendizaje, la automatización de los procesos de gestión y la optimización de los métodos de aprendizaje.
Además, según una investigación del Consejo de Estrategia Industrial, que destacó la adopción de la automatización como el mayor impulsor de un cambio en las habilidades, se estima que el 39% de las actividades por las que se paga a las personas en el Reino Unido hoy en día podrían ser automatizadas en 2030, con la tecnología actual creando una demanda en ocupaciones relacionadas con la tecnología, como el desarrollo de software.
Para que los profesores preparen a los jóvenes para este nuevo mundo laboral y los animen a dedicarse a carreras relacionadas con el diseño y la construcción de futuros ecosistemas de IA, los propios profesores y formadores de formación profesional deben recibir formación para comprender el impacto de la IA y las nuevas necesidades de sus alumnos. Hay una necesidad urgente de que los jóvenes estén equipados con un conocimiento sobre la IA, lo que significa que es imperativo que los educadores estén equipados de igual. Para ello es necesario que cooperen los responsables políticos, las organizaciones dedicadas a la formación del profesorado, los centros de formación profesional y las organizaciones del sector laboral, incluidos los interlocutores sociales.
Las nuevas posibilidades pedagógicas incluyen compañeros de aprendizaje basados en la informática afectiva y la IA de las emociones. Los sistemas de IA pueden ayudar a interpretar las actividades realizadas en la formación profesional, uniendo el aprendizaje teórico con el práctico. También puede ser una tecnología clave en la modernización de la educación y la formación profesionales, ya que ofrece nuevas oportunidades para adaptar los contenidos de aprendizaje en función de las necesidades de los alumnos, nuevos procesos de evaluación, análisis de posibles obstáculos en la comprensión de los dominios por parte de los alumnos y mejora de la orientación de los mismos.